27 enero, 2010

BOLIVAR, UN DICTADOR IMPERIALISTA AL QUE APODARON “EL LIBERTADOR”

"Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción" (Simón Bolívar)

Sintomático que Hugo Chaves se apoye en el ideario de Bolívar aupado a los altares como El Libertador, cuando no fue más que un dictador imperialista. Hace bien España en desmarcarse de las celebraciones del bicentenario de la independencia de las repúblicas hispanoamericanas. Evidentemente un repaso a la historia deja bien a las claras que aquellas “guerras civiles” fueron aprovechadas por quienes pretendían sustituir el poder realista español por el de gobiernos oligárquicos bajo la dictadura de Bolívar. La historia no miente, solo hay que conocerla.

Simón Bolívar (1783-1830),   era hijo de buena familia de origen vasco nacido en la Venezuela española. Su infancia no fue muy feliz al ver morir de niño a sus padres y eso lo condicionó en su vida. Apenas conoció a su padre, el coronel español y rico terrateniente, Don Juan Vicente Bolívar y Ponte, quien poseía esclavos en sus haciendas. Para el historiador John Linch, Bolívar nació en una familia que ejercía el liderazgo de la sociedad hispanovenezolana y recibiría le mejor educación, tanto en América como en Europa. Los Bolívar, originarios de Vizcaya,  ocupaban altos cargos en la Iglesia, en la Casa Real, en la Marina. Fueron Alcaldes, Corregidores, Justicias Mayor y Militares.

Sin llegar a cumplir los 14 años, en 1797 el niño Bolívar ya mostró su vocación militar al ingresar como cadete español en un antiguo destino de su padre, el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua,  la Escuela Militar donde se formaban los jóvenes de la aristocracia criolla que deseaban pertenecer a los ejércitos del Rey de España. Dos años después viajaría a  la España  Peninsular para ampliar sus estudios, en lo que fue su primera salida al exterior, siendo protegido por su tío Estebán  quien lo introduce en la Corte conociendo a la Familia Real. Sin embargo su tío es encarcelado por pertenecer al entorno de un antiguo favorito de la Reina quien en ese tiempo se había echado en manos de Godoy.
Bolívar se sentía muy solo y antes de volver a Venezuela, en 1801, se casó  en Madrid muy joven, con el consentimiento expreso del Rey con  María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, hija de un noble español , quien a los ocho meses moriria de fiebre en Venezuela dejándolo atormentado. Ante el rechazo inicial de su suegro escribió: "que poseo un mayorazgo bastante cuantioso, con la precisa condición de que he de estar establecido en Caracas, y que a falta mía pase a mis hijos y de no, a la casa de Aristiguieta, por lo que, atendiendo yo al aumento de mis bienes para mi familia, y por haberme apasionado de Maria Teresa, he determinado contraer alianza con dicha señorita para evitar la falta que puedo causar si fallezco sin sucesión; pues haciendo tan justa liga, querrá Dios darme algún hijo que sirva de apoyo a mis hermanos y de auxilio a mis tíos." No fue posible, al morir su esposa volvió a la Península y no comprendió que no fuera considerado español y sí extranjero (por ser americano) en los decretos para mitigar la peste y la hambruna que asolaban la Península.  Si María Teresa había muerto, España también moriría para él. Fue cuando viajó  en 1804 a París donde conoció nuevas ideas, pero lo que realmente hace cambiar a  Bolívar en su concepción del nuevo mundo fue cuando reflexionó sobre la oportunidad única que se le plantea al conocer que Napoleón había invadido España y encarcelado a su Rey. La Junta de Caracas, fiel al Rey español y desconocedora de su nuevo pensamiento, lo envió  en abril de 1810 junto a Luis López y Andrés Bello para buscar el apoyo británico para la colonia. Francisco de Miranda también estaba negociando con Londres dicho apoyo,  conocedor del gran interés británico en arrebatarr Venezuela a España.

Bolívar pronto se concienció de su pertenencia elitista blanca  y en lo que llamó "la pardocracia" temía -según John Lynch- a que las grandes mayorías mestizas acabasen con la élite blanca criolla, tal como había ocurrido en Haiti, o al menos que le quitasen el papel preponderante que ocupaban en la sociedad. Así que Bolívar decidió unirse a la Sociedad Patriótica propulsora de la Independencia. El 3 de julio de 1811 pronunció su primer discurso político y se incorporó con el grado de Coronel a las fuerzas insurreccionistas dirigidas por el General Miranda. Este es derrotado y murió encarcelado en Cádiz. Bolívar logró huir y ofreció sus servicios en Nueva Granada desde donde se lanzó a la conquista de Venezuela. Obsesionado por sustituir la presencia monárquica  y establecer un Gran Imperio con las nuevas naciones que iría conquistando, no dudó en sus escritos de 1815, conocidos como la Carta de Jamaica, , rechazar las ideas republicanas al estilo de EEUU (la primera gran independencia en América conseguida por el vital apoyo de España, tal como se refleja en mi radiodocumental España en la Independencia de los EEUU de América), por no ser adecuadas al carácter hispanoamericano, por lo que apostó “por establecer un gobierno como el inglés, con la diferencia de que, a cambio de un rey, tendría un poder Ejecutivo electivo y VITALICIO, y un Senado hereditario”. Más o menos lo que hoy pretende Chaves. Se muestra contrario a las instituciones liberales y federales por la realidad social de Hispanoamérica, e incluso expresa que no cree posible formar en el futuro del conjunto dominado por España “la más grande nación del mundo”, pero si cree que podrían formarse conglomerados territoriales, entre los que está el de Nueva Granada, en lo que se denominó la Gran Colombia.  Su elitismo lo hizo siempre rodeado de la pompa y la gloria que creía se merecía. Solo hay que mirar sus retratos para ver la obviedad.

Una vez que las tropas realistas fueron derrotadas  por las tropas republicanas en Venezuela, en la ciudad de Angostura, que hoy lleva el nombre de Ciudad Bolívar, el admirado Libertador pidió a la Comisión Constituyente del país que establecieran para Venezuela un presidente a perpetuidad (él, claro), un Senado hereditario en el que estuvieran los generales que se alzaron contra España y una Cámara elegida por votación popular. La bofetada fue tremenda ya que le advirtieron que la Presidencia solo debería durar cuatro años. Él mismo hizo frente a sus adversarios internos y en octubre de 1817 mandó fusilar en Angostura  al General Manuel Piar, uno de los principales jefes republicanos, mientras en sus escritos exaltaba los sentimientos patrióticos, soñando con conquistar los países vecinos a Venezuela para establecer una nueva nación.

 Simón Bolívar, como  Hugo Chaves, no se desanimó  ante el rechazo a su dictadura y lo volvió a intentar en la Convención que estableció la Gran Colombia, por la que Nueva Granada (Colombia), Venezuela y Ecuador se unían bajo la presidencia de quien se autoproclamó El Libertador. Le volvieron a denegar su intento de ocupar el cargo de forma vitalicia y de instituir senadores hereditarios. A la tercera fue la vencida tras derrotar a los españoles peninsulares y apoderarse de Perú y Bolivia (llamada así en su honor). Por fin,  en 1828 Bolívar vio cumplido su sueño dictatorial cuando él mismo redactó la Constitución para las nuevas tierras por él conquistadas. Promulgó el primer decreto de su dictadura, asumiendo el poder  supremo y disolviendo el Congreso, así que El Libertador se vio como presidente vitalicio y se rodeó de, senadores hereditarios afines a él.  Se instaló en Perú con su amante Manolita Saénz, tras ocupar la residencia de San Martín quien se había opuesto a sus pretensiones oligárquicas. Las élites criollas (los hijos de españoles nacidos en América) rápidamente comprendieron que sin la dominación de los representantes del Rey  ellos dirigirían  los destinos de aquellas tierras, convirtiéndose en las nuevas burguesías coloniales y pactando con el mejor postor, como hiciera Miranda con Inglaterra.

El nuevo dictador consiguió su objetivo de expulsar y sustituir a los representantes españoles para convertirse en Caudillo vitalicio. Volvió a intentar establecer una Constitución para todos los territorios que conquistó y ahí se las tuvo que ver con su vicepresidente Francisco de Paula Santander (Casandro), quien se negó a secundarlo, ya que la Constitución consensuada en Cúcuta señalaba que no podía ser cambiada durante  10 años, y le advirtió que él que había luchado durante 14 años contra el Rey Fernando VII, no iba a tener ahora un Rey que se llame Simón Primero. Bolívar intentó mediante “actas populares” reformar la Constitución, pero la determinación del vicepresidente Santander lo impidió argumentando la ilegalidad de aquellas pretensiones.

Bolívar era tozudo y pensó que una nueva Convención constituyente le serviría para sus propósitos, pero su sorpresa fue comprobar cómo el vicepresidente Santander obtuvo para esas constituyentes más delegados que él, por lo que Bolívar dio todo un golpe de mano al retirar a sus delegados y dejar la Asamblea sin efectivos para diseñar las nuevas leyes. Así fue cómo consiguió ser el nuevo dictador de la Gran Colombia con el insólito título de El Libertador, con el que aun lo veneran por aquellas tierras. Eliminó toda oposición y destituyó a Santander, por cierto hijo de un gobernador español, quien fue acusado más tarde de una conspiración para acabar con Bolívar. Su fracaso político fue absoluto, ya que la Gran Colombia se desintegraría con su muerte. Santander a quien Bolívar había desterrado volvería para ser presidente de Colombia y repuesto con todos los honores que el dictador le había retirado.  No entendió Bolívar que no lo quisieran en Colombia, donde  lo acusaban de dictador e  intentaron matarlo en distintas ocasiones.


 Simón Bolívar fue el preclaro precursor y adalid de toda la fanfarria dictatorial militar que se extendió por los nuevos países surgidos de la disgregación de la América española y que durante 200 años lo tomaron como ejemplo en cada una de las nuevas naciones surgidas de los excesos imperialistas del dictador. Si Bolívar veía a España como un estorbo para sus pretensiones, los gobernantes de las nuevas tierras conquistadas también compartieron entre el generalato esta idea respecto a él. La resistencia bolivariana se extendió entre la élite militar y civil de cada nación y el sueño de Bolívar de constituirse en dictador de una América unida se hizo añicos. Las numerosas y sucesivas dictaduras en aquel continente lo tomaron como ejemplo a seguir aunque cada uno hizo la guerra por su cuenta con la idea de quitarle tierras al vecino. Bolivia, por ejemplo perdió casi la mitad de su territorio que se repartieron sus hermanos de vecindad. Pero a pesar del carácter ditactorial de Simón Bolívar, la  manipulación de la historia en los países hispanoamericanos  aún lo presentan como el gran libertador, en una exagerada veneración retorica por su figura. Hugo Chaves es el mejor ejemplo.

"Todos hemos estudiado en el colegio "la versión oficial" que ensalza las gestas del Libertador; en familia y entre amigos hemos descubierto aristas menos heroicas y más humanas del personaje y su faceta de hombre de letras. Pero no es hasta la publicación del controvertido relato historiográfico de García Márquez  "El General en su laberinto" que se percibe claramente el desgaste de las ideologías que han manufacturado y administrado la figura de nuestro principal héroe nacional" (Elsa Cajiao Cuéllar)

 Germán Carrera Damas atribuye a tres factores la figura de Bolívar creada por la historiografía: la unidad nacional, el gobierno y la superación nacional;
 
Un ejemplo el de María Josefina Bravo Díaz, quien en su libro para 5º año de Educación Básica "Mi historia de Venezuela"  inculca a sus jóvenes lectores esta idea de El Libertador: "El 17 de diciembre de 1830 moría en Santa Marta, Colombia, en la Hacienda San Pedro Alejandrino, el más grande de los venezolanos de todos los tiempos, el genio universal de la libertad, el hombre que luchó sin descanso por la Independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia; el proponente de una nueva Venezuela, de una nueva América, que todavía sus hijos no hemos podido construir, pero que orientados por la guía, el pensamiento y la acción del Libertador Simón Bolívar, estamos en la permanente obligación de crear, para que todos seamos felices y plenamente democráticos, como fue la aspiración máxima (?) del más grande hombre de América y uno de los más grandes del mundo"
 
"Cuando se refieren nuestros historiadores a los próceres de la tercera república, lo hacen en actitud de perdonavidas,
con frases conmiserativas, como queriendo lavar el pecado de haberse opuesto al mandato del Libertador. No se ha
querido comprender que hombres como Páez, Mariño, Arismendi, Bermúdez, a quienes debían lealtad sobre todas
las cosas era a su pueblo y a su patria venezolana, y nunca a un hombre por providencial y mesiánico que pudiera parecer,
ni a una experiencia política que los hechos se habían encargado de destruir." Asdrubal González


Y esta cita de  Denzil Romero
 
"Como en los tiempos de la Edad Media, -dice Pedro Carujo- habría gustado verlo morir  entre “atroces espasmos”. Como a un blasfemo, le habría arrancado la lengua y, como a un ladrón le habría cortado las manos. Como a un espía, quería reventarle los ojos y, como a un calumniador, hacerle sopa los huesos. (...)boceté su cara en el mascarón ritual con todos los detalles. Allí quedaron caricaturizados por el alcance mortal de mi odio, su frente alta pero no muy ancha aunque si bastante arrugada, sus cejas gruesas y bien formadas, sus ojos oscuros y penetrantes ensombrecidos ya por la mirada lánguida que la enfermedad  (TISIS) le determinara, el humor craso que supuraba de sus lagrimales (...) la verruga que humillaba su nariz (...) sus pómulos salientes, sus mejillas hundidas, su boca fea (...) y el cabello ralo que, por esos días, empezaba a escasearle (...) Muy diferente esa imagen a la de sus retratos oficiales, donde, aquí y más allá, en oficinas públicas, desde las más encumbradas a las más modestas del territorio, casas curales, cuarteles y escuelas, aparecía consolidado en sus rasgos de autosuficiencia y envalentonamiento y en su brutal, casi paranoico, culto a la personalidad propio (él) de todos los tiranos, recubierto con un cierto brillo sagrado, barnizado como una acabada obra maestra, engaripolado en su rico uniforme de General en Jefe..."

“--Carajos--, suspiró. -- !Cómo voy a salir de este laberinto !--” ( Bolívar en El general en su Laberinto)

"Veinticuatro años después, absorto en la magia del río, moribundo y en derrota, tal vez se preguntó si no tendría el valor de mandar al carajo las hojas de orégano y de salvia, y las naranjas amargas de los baños de distracción de José Palacios, y de seguir el consejo de Carreño de sumergirse hasta el fondo con sus ejércitos de pordioseros,sus glorias inservibles, sus errores memorables, la patria entera, en un océano redentor de cariaquito morado."

Pag. 136-137 El general en su Laberinto. Editorial La oveja negra.1989