15 septiembre, 2011

La resistencia vencida


La guerra civil pilló por sorpresa a la República española que no supo reaccionar a los focos de rebeldía militar, que fueron consolidándose en Andalucía ante la falta de una adecuada respuesta inicial del Gobierno legalmente establecido. Huelva y su provincia son un ejemplo de cómo, a pesar de mantenerse fiel al régimen republicano, no recibió ayuda del Gobierno central, lo que facilitó que las tropas rebeldes ocupasen con cierta facilidad toda la provincia ante el aislamiento que sufrió. Este análisis queda claro en el libro del periodista Juan Carlos León Brázquez, “La entrada de las tropas en Nerva. Antecedentes, personajes y acción”, que el Ayuntamiento de Nerva ha editado con motivo del 75 aniversario del inicio de la guerra civil española y que fue presentado el pasado 26 de agosto en la localidad minera.
El periodista no se detiene solo en los acontecimientos que se desarrollaron en la comarca minera, sino que para entenderlos profundiza en los sucesos que rodearon el levantamiento militar en Sevilla; la acción de la columna minera que el 19 de julio de 1936 intentó frenar el golpe militar con la ayuda de escasas fuerzas militares enviadas desde Huelva, cuyo jefe, el comandante Haro Lumbreras, traicionó a los mineros y se pasó a los golpistas; las consecuencias de la resistencia minera, con la quema de iglesias y el asalto a cuarteles de la guardia civil de pueblos onubenses, y el efecto que estas acciones ejerció en Queipo de Llano, quien obsesionado con los mineros, los amenazaba continuamente en sus alocuciones en Unión Radio, evitando atacar inmediatamente la cuenca Nerva-Ríotinto, a pesar de la importancia que tenía para los golpistas el control de las minas más importantes de España; la preparación y ejecución de un plan que le obligaba a evitar el fracaso, con una acción conjunta de varias columnas militares, en una operación de pinza, en la que intervinieron importantes personajes militares elegidos para esta operación. De hecho, la vida e importancia de estos golpistas son parte de los argumentos de fondo para ir desgranando aquellas operaciones militares contra oponentes malamente armados y organizados, que sin embargo extendieron su resistencia a toda la provincia de Huelva, incluso estableciendo grupos de guerrillas que durante años mantuvieron en jaque a los golpistas. Queipo solo se atrevió a fusilar a los mineros detenidos el 19 de julio, en los sucesos de La Pañoleta, una vez que el 26 de agosto de 1936 tuvo dominada a toda la cuenca minera. Aún tardaría casi otro mes en completar el control de los núcleos urbanos de una provincia que se vio envuelta en una intensa actividad guerrillera.
Pero el libro, dividido en solo tres capítulos, como si fueran artículos periodísticos, se inicia con una sorpresa y es el extenso testimonio del padre del periodista, Eugenio León, quien se convirtió en protagonista involuntario de la entrada de las tropas en Nerva, al ser el niño (tenía 12 años) que montó en el primer camión y lo guió hasta el campamento que establecieron los rebeldes en el campo de fútbol de la población minera. Nerva era el pueblo clave en aquella operación, ya que existía una extensa población obrera, muy resistente y protagonista activa de muchos de los sucesos que ocurrieron en aquel largo mes en toda la provincia de Huelva. Una foto sin datar en la que aparecía su padre, que el periodista descubrió en una visita al Museo Minero de Ríotinto, sirvió para convencerlo de que debía contar su propia historia y experiencia, dada la excelente memoria que conserva, y ser un testigo único de aquellos sucesos. El periodista solo tuvo que vestir aquella historia indagando en los personajes elegidos por Queipo para la ocupación de la Sierra de Aracena y la cuenca minera Nerva-Ríotinto, zonas que sufrieron la brutal represión de los ganadores de aquella incivil guerra. La recuperación de nuestra historia, con elementos insólitos de la misma, justifica esta modesta contribución de un libro que se lee con suma facilidad y que solo pretendía continuar con la aportación a la historia comarcal de la revista Nervae, que popularizó Antonio Rioja Bolaños, recientemente fallecido en Almonaster.
Andrea Lesant para Huelva Información

Esta es la foto, que se encuentra en el Museo Minero de Ríotinto, del desfile en Nerva del 18 de julio de 1937, en la que aparece en primer término de medio cuerpo Eugenio León con un fúsil de palo, lo que hizo que contase a su hijo muchos detalles y la experiencia de cómo se vivió en la población el golpe militar de 1936. Una historia contada 75 años después.

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